Biocombustibles

fuelcell1_med.jpgLa nueva empresa LS9 está desarrollando microbios que producen hidrocarburos.

El Departamento de Energía de los EEUU se ha marcado el objetivo de reemplazar el 30% de la gasolina utilizada en los EEUU por combustibles de fuentes biológicas renovables para el 2030 y el ex Presidente Bush había establecido como prioridad la producción de etanol. De ahí que resulte sorprendente que algunas nuevas empresas biotecnológicas se estén posicionando para aprovecharse de un mercado próspero anticipado de biocombustibles.

Mientras la mayoría se centran en el etanol, la empresa LS9, de San Carlos, California, está usando el campo relativamente nuevo de la biología sintética para modificar bacterias de modo que puedan fabricar hidrocarburos para gasolina, diesel y combustible para reactores. Los combustibles de hidrocarburos se adaptan mejor que el etanol a los motores e infraestructuras de transporte existentes y su fabricación requiere menos energía. Para hacer realidad una producción biológica de hidrocarburos, la compañía está combinando a líderes en biología sintética y de biología industrial.

Otras empresas nuevas como Amyris, de Emeryville, California, y SunEthanol, de Amherst, Massachusetts, están intentando también utilizar la biología sintética para desarrollar microorganismos que produzcan biocombustibles. Stephen del Cardayre, bioquímico y vicepresidente de investigación y desarrollo de LS9, afirma que los microbios de LS9 producen y excretan hidrocarburos que sirven como combustibles.
Ahora la compañía está trabajando para personalizar la tasa de producción y los productos en sí.

LS9 cuenta con una financiación de 5 millones de dólares (3,6 millones de euros) de Khosla Ventures, de Menlo Park, California, y Flagship Ventures, de Cambridge, Massachusetts. El CEO de Flagship, Noubar Afeyan, advierte que nadie puede afirmar hasta qué punto los biocombustibles desplazarán a los combustibles fósiles. “Es un tema de gran debate y muchos pronósticos”, señala.

La compañía está buscando áreas en las que el potencial de la biología sintética para producir tipos específicos de moléculas valga la pena. Esto podría incluir la elaboración de combustible de alto rendimiento para reactores, señala Afeyan, o la fabricación de una gasolina sin el contaminante azufre añadido. Posteriormente, la compañía planea dar licencias de su tecnología. En concreto, podrían algún día llegar a acuerdos con los productores de etanol, cuyas plantas de fabricación podrían ser más rentables y eficaces haciendo combustibles hidrocarburos.

LS9 cuenta con que el etanol no es el mejor biocombustible. Del Cardayre señala que el etanol no se puede transportar por las tuberías existentes. Además contiene un 30% menos de energía que la gasolina y es necesario mezclarlo con ésta para poder quemarlo en motores convencionales. Los combustibles de LS9 no tendrían ninguna de estas desventajas. Es más, su producción sería más eficaz que la del etanol. Por último, según LS9 su proceso consume alrededor de un 65% menos de energía que el de la producción de etanol.

LS9 debe demostrar ahora que su tecnología es económica y capaz de producir combustibles a gran escala. “No dudo que se pueda [fabricar combustible hidrocarburo a partir de microbios]; la cuestión es con qué rapidez y a qué coste”, señala Jim McMillan, ingeniero bioquímico principal del Bioenergy Center del National Renewable Energy Laboratory, de Golden, Colorado. LS9 espera sacar al mercado sus biocombustibles hidrocarburos en cuatro o cinco años.

Fuente: Technology Review

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