Ingenieros biomédicos chinos han utilizado un metal líquido para transmitir señales eléctricas a través del espacio existente entre algunos nervios ciáticos seccionados. Según los investigadores, el trabajo podría dar lugar a un nuevo tratamiento para las lesiones nerviosas.
Cuando se seccionan los nervios periféricos, la pérdida de funcionamiento conduce a la atrofia de los músculos afectados, además de dar lugar a un cambio considerable en la calidad de vida y, en muchos casos, a una esperanza de vida menor.
A pesar de haber estado décadas investigando sobre esto, nadie ha descubierto una forma eficaz de volver a conectar los nervios seccionados. Existen diversas técnicas para coser los extremos juntándolos de nuevo o para injertar nervios en el hueco que se crea entre los extremos seccionados, pero dado que los nervios crecen a una velocidad de 1 mm por día, pueden tardar mucho tiempo, incluso años, en reconectarse. Mientras tanto, los músculos se pueden degradar irreparablemente, dando lugar a una discapacidad a largo plazo.
Ahora, Jing Liu, de la Universidad de Tsinghua de Beijing, y su equipo afirman haber reconectado unos nervios seccionados utilizando metal líquido por primera vez. Y, según ellos, en la conducción de señales eléctricas entre los extremos seccionados de un nervio, el metal supera radicalmente el electrolito salino estándar utilizado para preservar las propiedades eléctricas de los tejidos vivos.
Los ingenieros biomédicos han estado vigilando durante algún tiempo la aleación de metal líquido de galio-indio-selenio. Este material es líquido a la temperatura del cuerpo y se cree que es totalmente benigno.
Ahora, el equipo de ingenieros biomédicos chinos dice que las propiedades eléctricas del metal podrían ayudar a preservar la función de los nervios mientras se regeneran. Y han llevado a cabo los primeros experimentos para demostrar que la técnica es viable.
Jing y sus colegas utilizaron nervios ciáticos de ranas toro conectados a un músculo de la pantorrilla. Aplicaron un pulso eléctrico a un extremo del nervio y midieron la señal que llegaba al músculo de la pantorrilla, que se contrajo con cada pulso.
A continuación, cortaron el nervio ciático y colocaron cada uno de los extremos seccionados en un capilar lleno de metal líquido o bien de solución de Ringer, una disolución de varias sales diseñada para imitar las propiedades de los fluidos corporales. A continuación, volvieron a aplicar los pulsos y midieron cómo se propagaban por el espacio entre los dos extremos.
Los resultados han sido interesantes. Según Jing y sus colegas, los pulsos que pasaron a través de la solución de Ringer tendieron a degradarse seriamente. Por el contrario, los pulsos pasaron fácilmente a través del metal líquido. Según Jing y sus colegas: “La señal electroneurográfica medida desde el nervio ciático seccionado de la rana toro reconectado por el metal líquido tras la estimulación eléctrica fue similar a la del nervio ciático intacto”.
Es más, dado que el metal líquido se muestra claramente en las radiografías, se puede quitar fácilmente del cuerpo cuando ya no se necesita, utilizando una microjeringa.