Será más amigable y fácil de usar que la actual porque entenderá el lenguaje coloquial de las personas. Estará en la PC, la heladera, el celular, la tele y el centro musical. Arrancaría en 2010.
Sobre Internet se escuchan muchos elogios. Asombran las posibilidades que da para comunicarse, entretenerse, para buscar información y agilizar la vida cotidiana. Sin embargo, Internet (hoy es su día mundial, por el aniversario del primer Convenio Telegráfico Internacional), aunque muy merecedora de loas como es, en la actualidad presenta limitaciones. Exige de sus usuarios el aprendizaje de reglas. Para buscar un dato en la Web hay que saber que es necesario abrir un navegador, dirigirse a un buscador, saber cómo se usa, cómo hay que orientar la búsqueda para tener éxito. Todo esto, hasta ahora. Porque los expertos anuncian que ya se está trabajando en una nueva generación de Internet, llamada Web 3.0, que entenderá nuestro lenguaje coloquial y cotidiano, que resultará mucho más amigable, y que será accesible a mucha más gente.
Se espera que algunos de los componentes de esta nueva red estén disponibles en 2010. Se podrá navegar por ella desde muchos dispositivos fijos (PC) y portátiles (celulares, notebooks), que interactuarán sin conflicto entre sí y con otros equipos, como por ejemplo, los electrodomésticos.
Pablo Abad, del departamento de Ingeniería Informática del Instituto Tecnológico Buenos Aires (ITBA), explica que uno de los grandes problemas de Internet es que, debido a la inmensa cantidad de información que contiene, resulta difícil encontrar lo que se busca en ella. “Por eso se está tras modos de catalogar datos que sean eficientes y fáciles de usar; a esas premisas responde la Web semántica o Web 3.0”, dice Abad.
Hoy, para planear unas vacaciones con Internet, hay que recorrer sitios de destinos turísticos; luego hacer otra búsqueda para dar con mapas; otra para averiguar sobre alojamientos y modos de llegar. En la nueva Web semántica -a la que apuestan desde investigadores académicos hasta grandes corporaciones como Microsoft-, bastará con escribir (o incluso con decir), por ejemplo: “Queremos ayuda para organizar nuestras vacaciones. Nos gusta la playa, somos una pareja con chicos de 6 y 8 años, y tenemos un presupuesto de $5.000”. Con eso será suficiente para que un “agente” digital reúna datos de diferentes fuentes, para ello podrá basarse incluso en qué hicimos el año pasado, y en nuestros gustos, que conocerá. Abad suma otro ejemplo: “A la nueva Web le podremos pedir ‘fotos de caballos negros sobre montañas nevadas’, y entregará eso mismo”.
Ya existen algunos proyectos que van en este sentido, aunque les quede bastante camino por recorrer. Wolfram Alpha (www.wolframalpha.com), por ejemplo, está online desde ayer. Es un buscador que puede responder preguntas formuladas en lenguaje coloquial siempre que tengan una respuesta precisa. Por ejemplo, se le puede preguntar (por ahora sólo en inglés) cuál es el diámetro de la Tierra, y responderá. Y lo hará, a diferencia de los buscadores convencionales, con los datos, y no con links a otros sitios.
Por otro lado, los especialistas estiman que seguirá creciendo la presencia de Internet en celulares. Hernán Galperín, que dirige el Centro de Tecnología y Sociedad de la Universidad de San Andrés, señala que la masividad de los equipos de mano hará que Internet, en algunos aspectos, se adapte a ellos. “Una de las tendencias para los accesos móviles es que ya no se otorgue a los usuarios la capacidad de conectarse para que naveguen por donde ellos quieran, sino que se les ofrezca acceso a determinados servicios o contenidos. Para algunos esto es lo más cómodo; otros, sin embargo, plantean que es preferible que la red se mantenga neutral, y que cada quien decida cómo navegarla”, comenta Galperín.
La Internet del futuro va tomando forma mientras espera 1.000 millones de nuevos usuarios en los próximos años.
Fuente: CLARIN