El sistema permite controlar a los canes dentro y fuera de la casa. Y saber con precisión dónde están ubicados
Muchos perros tienen collares con placas de identificación. Y ahora, algunos collares también tienen unidades de Sistema de Posicionamiento Global (GPS), sensores de movimiento u otros dispositivos que permiten a los dueños seguir los pasos de sus mascotas con ayuda de tecnología de avanzada. Un fabricante de equipamiento GPS produce un sistema de rastreo que permite ubicar a los perros cuando se van de paseo por el campo o durante una excursión de caza. Consta de dos partes: una unidad manual de GPS para el dueño y un dispositivo que se va en el collar o el arnés del perro.Si el perro se va tras un ciervo, el aparato del dueño le mostrará a éste adónde se dirige el perro para seguirlo y encontrarlo por más que esté a kilómetros de distancia. En los Estados Unidos, el de las mascotas es un mercado grande, ya que en casi el 45% de los hogares estadounidenses hay perros.El sistema de rastreo de perros llamado Astro cuesta 599 dólares, un precio no muy alto para quienes tienen un vínculo emocional fuerte con su perro que, por otra parte, también es una inversión financiera.
“Mucha gente gasta entre 3.000 y 5.000 dólares en la compra y el entrenamiento de su perro -dice Steven R. Smith, editor de The Pointing Dog Journal-. Pero lo que importa no es sólo el costo del perro. En la actualidad los perros forman parte de la familia.”
El Astro pesa 170 gramos y está pensado para perros medianos y grandes, que pueden tolerar ese peso sin problemas. El dispositivo del collar del perro computa la ubicación del animal a partir de satélites de GPS y transmite la información a la unidad manual del dueño.
El sistema puede rastrear a un perro hasta una distancia de ocho kilómetros en el campo. Si el animal sube a una montaña, es probable que la señal de radio entre éste y el dueño se pierda debido a que la comunicación necesita una visualización lineal. Pero la unidad manual de GPS le informará la última ubicación conocida, de modo tal que se puede ir hasta ahí y recuperar luego la señal al otro lado de la montaña. En el caso de los perros que se quedan solos en casa cuando los dueños se van a trabajar, habría una placa liviana que registrará, por ejemplo, cuánto ejercicio hace el animal.
Las placas contienen chips que detectan el movimiento de un perro, tanto en el interior de la casa como fuera de ella. Cuando el perro vuelve a la casa, los datos almacenados en el collar viajan como ondas de radio a un receptor que se conecta a una PC y luego al sitio web de la empresa, donde se los analiza y exhibe. Otras placas caninas poseen diodos que emiten luz. Son medallones luminosos que parecen versiones pequeñas de las linternas de cabeza que usan los exploradores de grutas. Los rayos luminosos de los dispositivos tienen por objeto hacer que los perros sean más visibles de noche.
Fuente:(c)The New York Times y Clarín.